El arte de pedir, Amanda Palmer

20.5.17

El arte de pedirTHE ART OF ASKING: or, How I Learned to Stop Worrying and Let People Help
Amanda Palmer | 2015
274 páginas (ebook)
Turner publicaciones
{goodreads}

Amanda Palmer es cantante y compositora; artista, mujer, estatua humana, esposa, madre y casi todo lo ella se sienta capaz de ser. Cuando termina la universidad definitivamente no quiere ejercer como se supone que debería, y en vez de buscar un "trabajo de verdad", se viste de novia, se sube a un cajón en Harvard Square, Cambridge, y se queda inmóvil, con el corazón encogido, observando como la vida pasa a su alrededor. Su montaje consiste en entregar flores por cada cosa (dinero, cartas, botones, más flores o lo que sea) que le dejen en su sombrero y así mantener el "regalo" en circulación, porque el verdadero regalo está en el acto del intercambio.

Con su nuevo y particular trabajo, Amanda aprende lecciones que la acompañarán el resto de su vida, donde el fantasma de la novia la atormentará cada vez que que se sienta sola, perdida, triste, confundida, o simplemente cuando el caparazón de carne y huesos no resista tanto como lo haría una estatua.
El arte nos obliga a abrirnos. El personaje violento de una película nos refleja como un espejo oscuro; los tonos de una pintura hacen que miremos al cielo y veamos colores nuevos; lloramos a un amigo muerto cuando inesperadamente nos llega por las ondas de la radio aquella canción olvidada que nos gustaba a los dos.
Antes de comenzar a hablar de este libro, quiero invitarlos a que vean el siguiente vídeo; es acerca de la charla que Amanda dio en TED; charla que lleva el mismo nombre que este libro y servirá un poco de introducción para lo que quiero comentar.

***
ASUMIRÉ QUE EFECTIVAMENTE VIERON EL VÍDEO
En realidad no. Da igual, pero espero que lo hayan hecho.

Intentemos imaginar una autobiografía y un libro de autoayuda unidos, pero a que a la vez no son lo uno ni lo otro. De alguna forma Amanda hace de este libro una especie de gran historia que contar. No entra en detalles de su vida personal innecesarios y tampoco nos hace una guía de qué hacer para lograr el éxito. Nos cuenta, a través de sus experiencias, como ha evolucionado su carrera a través de esa filosofía de vida, sobre pedir y sobre dar; lo difícil que es hacer ambas, y cómo ella lo ha enfrentado.
Si pido ayuda, no soy lo bastante.
Si pido ayuda, soy débil.
No es de extrañar que muchos ni nos molestemos en pedir.
Hace demasiado daño.
Amanda Palmer no es una revolucionaria antisistemica que odia que le digan qué hacer. Bueno, quizá sí, un poco. Pero este libro no se trata sobre eso, de hecho, es acerca de su lado más vulnerable.

Por el año 2000 comenzó su carrera como artista independiente armando una pequeña banda llamada The Dresden Dolls con junto al baterista Brian Viglione. Amanda siempre fue una persona muy sociable y poco a poco comenzó a armarse de un grupo de fans y un publico recurrente. Ella habla de "redes" a la hora de referirse a todas las personas que participan en su música. Habla de que la red que poco a poco se extiende y refuerza, creando un lugar estable en el cuál lanzarse y encontrar apoyo. En algún punto de la carrera musical, la fama logra salirse de control y contra toda recomendación, buscan ayuda de una discográfica. Pero a la discográfica sólo le interesan los números, no la calidad de éstos y aunque es una innegable ayuda en lo que respecta a organización y dinero para lo que significa una producción, Amanda comienza a sentirse prisionera y les escribe una canción.

Logra liberarse de ellos. Final feliz.
Pero entonces, sin discográfica que la respaldara, ¿de dónde podría sacar presupuesto para llevar a cabo sus proyectos?
 
Existe una página llama Kickstarter, donde cualquier ser humano con una idea (musical, artística, arquitectónica, entre otros) puede PEDIRLE al mundo que coopere monetariamente. Por las aportaciones suelen ofrecerse recompensas/promesas que serán pagadas una vez que se lleguen a las metas fijadas. Kickstarter te ofrece la posibilidad de pedir el monto que tu desees, con el tiempo para cumplir la meta que tú estimes conveniente, pero si no lo logras, lo pierdes todo. Amanda saca la idea a partir de lo que Radiohead hace con su disco In Rainbow, donde la gente paga por el disco lo que ellos decidan o simplemente lo descarguen gratis, y enfoca toda su confianza en la creencia de que los seres humanos son esencialmente generosos, pero aquel instinto se va atrofiando. Al mundo hay que ofrecerles la posibilidad de dar, no exigirles que lo hagan.
La meta era de $100mil dolares, pero contra todo y cualquier tipo de pronostico, antes de que se acaba el tiempo establecido ya habían conseguido llegar al Millón de dolares, para finalmente acabar con $1,2 Millones, convirtiéndose ésta en la primera campaña de crowdfunding en lograr un financiamiento de este alcance.
Desde entonces y hasta el día de hoy, Amanda Palmer se financia sólo y exclusivamente de lo que el mundo desee darle a cambio de su arte. O simplemente, si lo prefiere, no darle nada y quedarse con su trabajo. Pero la gente le da.
Ella compara todo este gran escenario con su antiguo trabajo como la Novia. Explica que, muchas veces le gritaban que se buscara un trabajo, cuando ella, parada ahí con la cara pintada, efectivamente lo estaba haciendo, estaba trabajando; las personas le pagaban, por ese pequeño momento de intimidad, por esas miradas intensas, por esas flores. Le pagaban y ella no lo exigía, pero daba la oportunidad (con un sombrero o un tarro) de que la gente lo hiciera.
 No es lo que uno le dice a la gente, importa más lo que uno hace con ellos. Y no es tan importante lo que uno hace con ellos como la forma en que una está con ellos.
Esta es una de las tantas historias que Amanda cuenta en su libro. Es interesante evaluarlo como experimento social; una muestra de que no son casos cerrados donde este tipo de fenómenos ocurren, sino que es parte de la naturaleza del ser humano querer cooperar, porque en realidad, pecando de cliché, la felicidad la encontramos cuando podemos ayudar a alguien, cuando podemos hacer feliz a alguien. En esta afirmación también nace un dilema, otro que Amanda tiene que enfrentar, y se trata de el dejarse ayudar. Porque a veces puede resultar fácil dejarse caer en esa red que tú mismo formaste, porque es una red que viste crecer, del que conoces su material y su resistencia, es fácil caerse si sabes que te van a atrapar... lo difícil es salir de la zona de confort y lanzarse a redes ajenas, y esta también es un desafío al que se tiene que enfrentar luego de casarse, porque el acto del compromiso trae a colación ese tipo de situaciones en donde hay que confiar en que la red de la otra persona es lo suficientemente fuerte y estable como para que te sostenga.
  Imagen relacionada

Estuve mirando un par de reseñas y comentarios en Goodreads acerca del libro. Me centré en los negativos porque son esos los que quiero debatir, y es que en más de una ocasión se usaron palabras como narcisista ególatra para referirse a Amanda y me molestó muchísimo. No puedes criticar a un libro autobiográfico por hablar constantemente del autor, no tiene ningún sentido, porque es la gracia. Ella se quiere a sí misma, valora su trabajo y cree en impacto que tiene el arte en las personas, porque su arte ha impactado personas por lo tanto está en todo el derecho de sentir que lo que hace es bueno y valioso. Si ser narcisista es tener un autoestima alto y seguridad en lo que se hace; cariño, todos deberíamos ser unos malditos narcisistas (pero ser narcisista ni siquiera es eso). Amanda no es novelista, no escribe fantasía y por lo que es injusto criticar su estilo narrativo, cuando lo de ella es escribir canciones. O sea, pueden comentarse los aspectos de éste, pero de ahí a crucificarla por no ser una maldita Slash de las letras, es una ridiculez abismal. La historia es un cáos, pero ella misma también lo es, contando extractos de su vida por aquí y por allá... no le hace ningún mal al punto de todo lo que narra. La trataron también de falsa, de contradictoria, de qué dice cosas que luego no practica, habían comentarios que recordaron aquella vez en donde Amanda dijo o hizo no sé que cosa y luego descaradamente hizo o dijo no sé que más. En el libro se habla de La Policía Antifraude, un nombre que le ha asignado ella a esa vocecita nuestra que nos dice que no somos capaces de hacer algo, que lo estamos haciendo mal, que no somos lo suficientemente buenos. Pero a veces esa vocecita no es sólo nuestra, a veces es un grito colectivo de gente que no tiene nada mejor que hacer que juzgar a un ser humano por actuar como ser humano.
La Policía Antifraude es ese ejercito imaginario y aterrador de los adultos "de verdad" que, en algún nivel subconsciente, crees que van a llamar a tu puerta en medio de la noche y te van a decir: -Te hemos estado observando y tenemos pruebas de que no tienes NI IDEA DE LO QUE ESTÁS HACIENDO. Se te acusa del delito de improvisarlo todo sobre la marcha, eres culpable de inventarte las cosas según va conveniendo, en realidad no te mereces tu trabajo, te lo vamos a quitar y SE LO VAMOS A DECIR A TODO EL MUNDO.
No estoy defendiendo a Amanda Palmer como cantante, la estoy defendiendo como persona, porque se equivoca, porque siente, porque piensa y porque como artista, sobre sus hombros carga con una gran responsabilidad que sólo es posible alivianar con empatía por parte de nosotros. No, no estoy diciendo que hay que aguantarle todo, pero una cosa es criticar lo que está diciendo o haciendo desde cierto particular punto de vista, con argumentos y con ánimos de discusión pacifica y otro es tratarla despectivamente desde el rencor, el odio y la incomprensión.
Todo el mundo improvisa sobre la marcha en mayor o menor medida, de esto podemos estar bastante seguros.
Tanto en el mundo del arte como de los negocios, la diferencia entre los aficionados y los profesionales es sencilla:
Los profesionales saben que improvisan sobre la marcha.
Los aficionados fingen que no.
Para concluir, antes de que se me vaya la olla. El arte de pedir es un libro que me vino como anillo al dedo y me ha hecho cuestionarme muchas cosas. Pedir no está mal, siempre que haya un intercambio en el que ambas partes estén de acuerdo en dar lo que estimen conveniente. Recibir ayuda de quienes nos quieren tampoco es un pecado ni nos vuelve personas inútiles y dependientes, dejarse ayudar es una muestra de que confiamos lo suficiente en otro como para caer en su red. También me hizo sentir menos sola e incomprendida, porque resulta que La Policía Antifraude nos persigue a todos y no sólo a mí. Algunos logran callarla, a otros los tienen presos y quizá algunos tiene una relación pacifica. Pero su existencia es un hecho, y está bien saberlo para saber como combatirla. Sí, recomiendo totalmente la lectura de éste libro e invito a hacerlo sin juzgar más de lo necesario, vale la pena y como dije antes, da esa sensación de que un desconocido te está contando los mejores episodios de su vida.
Azul.

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1 comentario:

  1. Hola!!!La verdad es que...tiene muy buena pinta... llámame rara pero nunca había oído hablar de Amanda Palmer me ha parecido muy interesante su trabajo. Este verano va a mi lista de libros para leer. ( si quieres puedes pasarte y echar un vistazo a mi blog: http://elrincondemetis.blogspot.com.es/ es muy muy interesante jaja y puedes seguirme es GRATIS jiji) Un besito !! :D

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«Pues considero que aquella persona, caballero o señora, que no sabe apreciar el valor de una buena novela es completamente necio» Mr. Tilney.